martes, 4 de octubre de 2011

REVIVAL MODERNISTA

Este cartel lleva unos días por las calles de Madrid. Forma parte de una campaña publicitaria de un perfume caro, de gama alta, podríamos decir. Pero la estrategia de venta intenta ampliar su target tradicional -mujeres de edad adulta y alto poder adquisitivo- para tentar a las chicas más jóvenes.


El discurso denotativo nos muestra a una chica desnuda , en blanco y negro, sobre el que se superpone el frasco en color. El lema "parfum initial", cumple dos funciones:
En primer lugar, elevar la categoría del público receptor, que se siente escogido por poder entender las palabras del mensaje, que están escritas en otra lengua. Lo segundo es el significado polisémico de INITIAL. La iniciación al mundo, exótico, elegante, de los perfumes caros... y la evidente iniciación sexual de la jovencita que se presenta en el anuncio.

Hasta aquí, es exactamente la estrategia de los demás perfumes. Lo que lo diferencia, es que ha escogido la inspiración en el mundo del arte. De esta manera se eleva por encima del mercantil mundo de la publicidad para hacer un guiño al espectador más cultivado. La imagen se sostiene en un entramado muy complejo de referencias que vamos a intentar desentrañar aquí.

Para empezar el uso del blanco y negro le da un aire antiguo a la imagen que es pretendidamente buscado. Pero además facilita la percepción visual del color del perfume y el frasco, que, al ser un tono semejante a la piel , pasaría desapercibido sobre una foto en color.







Estas dos fotografías corresponden a la fotógrafa victoriana Julia Margaret Cameron, especializada en retratos de mujeres. Las poses sensuales y lánguidas, y las miradas directas a la cámara , en la segunda, resultan , cuando menos inquietantes. Por otra parte, el uso de la luz lateral contribuye a resaltar los rasgos con un toque amenazador. en la modelo de Shalimar, las sombras de las cejas resaltan unos ojos cuya mirada clara se confunde con los grises de la piel.


Precisamente esas miradas son uno de los grandes hallazgos de los pintores modernistas.




Agrandados hasta extremos hiperbólicos,los ojos de las mujeres de Klimt, Mucha o Khopff son fríos y algo sobrenaturales. Sirenas, nayades, nereidas son mujeres bellas pero temidas y a veces, odiadas.








Como ya comenté en otro post, esta evolución de la mujer bella seducible a la seductora vampírica tiene una raíz compleja relacionada con los cambios en la condición social de la mujer que se vive en el siglo XIX. pero además de los parecidos en el acabado y en la mirada , encontramos otra referencia al arte en la postura.
La manera en que la modelo se coloca , tapando su propio cuerpo , tiene sus raíces en el arte clásico . Según lo definía Kenneth Clark, en su obra "El desnudo", es una típica Venus púdica.
Es decir, un desnudo de mujer que evita mostrar sus partes más íntimas.


Estas dos Venus clásicas muestran el origen de esta iconografía. La primera, la Venus Capitolina, es el referente de todo un tipo recurrente en la historia del arte, del que quizá el ejemplo más conocido sea la Venus de Botticelli.



La segunda es la inspiración de un motivo religioso, la historia bíblica de Susana y los viejos, o la desnudez mostrada a la mirada pecaminosa del hombre.




Nuestra modelo de Shalimar se cubre, a la manera de Susana, pero , si bien su pose es semejante, su actitud es diferente. Ella sostiene la mirada del espectador, no tiene miedo ni parece haber sido sorprendida. Es la mirada modernista , no la barroca . Desafiante, segura y por supuesto más seductora de lo que sería mostrando directamente los secretos de su cuerpo.

Para entender mejor este cambio del gusto que supone el modernismo veamos un salto en tres fases. En la segunda mitad del seglo XIX convive esta evolución del gusto.





La gran odalisca de Ingres es una Venus púdica, pero, a pesar de la belleza de su desnudo, la mirada se nos presenta tan inocente que no causa la menor inquietud.





La Olympia de Manet conserva una parte de la pose original , con una mano cubre el sexo. Pero su mirada es tan descarada y directa que poco tiene de desnudo sorprendido. Este cambio causó , como es bien sabido, un gran escándalo.


Y para cerrar el siglo, la que menos muestra. Danáe de Klimt. Enroscada sobre sí misma muestra el cambio de mentalidad que se ha producido ya. De la inocencia a la autocomplacencia, Dánae no necesita de una mirada exterior para cumplir con la seducción. Sin duda la más cercana a nuestra sensibilidad de las tres.
La modelo de Shalimar bebe de Ingres una cierta inspiración de odalisca oriental, potenciado por el exótico nombre del perfume y el diseño del envase.Pero sus antecesoras son las mujeres del modernismo, que esconden su cuerpo no porque se avergüencen de él , sino porque saben que de esta forma aumentan su caudal de seducción.

3 comentarios:

Vicente Camarasa dijo...

¡¡¡Espectacular!!! Im-presionante

PACO HIDALGO dijo...

Excelente análisis, Ana. Las miradas y los gestos siempre perduran. Como dice Vicente, espectacular entrada. Saludos.

Unknown dijo...

Excelente!! entada, enhorabuena !!!