sábado, 17 de abril de 2010

LAS VIEJAS PINTURAS TIENEN LARGAS SOMBRAS

Cuando , en 1818, el pintor alemán Caspar David Friedrich creó su obra “Caminante sobre el mar de niebla”, era consciente del poder evocador de su imagen, pero no lo que no podía adivinar, es que esta obra inmortal inspiraría a pintores, fotógrafos y cineastas durante más de doscientos años.


C.D.Friedrich."Caminante frente al mar de niebla".
"Sobre todas las cumbres está la paz"
Goethe

La pintura se ha interpretado en clave religiosa, como el hombre contemplando la inmensidad de la creación , cuando , en realidad, Friedrich se aproximaba más a un concepto espiritual panteísta, inspirado por una idea del cosmos al que todos los seres estamos vinculados. Otros autores con los que compartía este ideario eran filósofos como Schelling, o escritores como Goethe o Hölderlin.

Al situar al hombre de espaldas, despersonalizado de rasgos que permitan identificarlo, Friedrich consigue involucrar al espectador, que se identifica inmediatamente con él. Ante un marco natural espléndido, el hombre se siente fascinado por la naturaleza, a la par que arrastrado por el sentimiento de lo sublime. Fascina , no por su belleza, sino por su grandiosidad , por la consciencia de la finitud humana . Pero atrae, ya que el hombre se asoma al abismo al que sin duda le ha costado llegar para , en un vano intento, sentir que ha cumplido lo imposible, dominar desde arriba un mar de nubes.

Allí , olvidado en un Museo o en los libros de los historiadores , como es el destino de todos los cuadros, estaría. Pero la historia de esta imagen ha sido diferente.

Ahora, al colocar a un personaje de espaldas a un espacio abierto, estamos evocando, sin saberlo quizás, a Friedrich.



Alexander, de Oliver Stone.
Alejandro Magno contempla las montañas orientales , tomando la decisión vital de seguir avanzando hacia el este.


El recurso es muy utilizado en cine. Suele verse cuando un personaje se enfrenta a su destino o contempla el resultado de sus acciones . El espectador se siente identificado con él. Sus miedos, dudas, esperanzas. La soledad con la que todos nosotros nos encontramos cuando tomamos decisiones trascendentales. El destino incierto.

Harry Potter IV regresa ( en escoba) tras vencer a un dragón. Es un momento de triunfo y poder.


El Señor de los Anillos III, de Peter Jackson.
Los reyes de Gondor y Rohan observan el camino hacia la batalla definitiva.

Gandalf y Pippin meditan ante la ciudad la noche previa a la batalla.




Catherine Deneuve contempla el ocaso de su mundo en "Indochina".

Encuentro que los motivos por los que funciona tan bien, por lo que ha sobrevivido al tiempo son dos: Por una parte la silueta ,muchas veces a contraluz del personaje. Cuanto menos rasgos personales tenga, más fácil es identificarse.

Annie Leibovitz. "Susan Sontag en Petra".

La elección del punto de vista muy bajo,la distancia y el contraluz hacen el mensaje universal y eterno.

Por otra parte, el fondo siempre tiene que ser grandioso, a veces incluso vacío, y está en nuestra genética la sensibilidad ante los espacios que nos empequeñecen.


Hoyningen Huene. "Bañadores Izod".

"Orgullo y prejuicio" de Joe Wright.

El personaje femenino se funde con el paisaje en un momento en el que los conflictos le lleven a enfrentarse a decisiones difíciles.

En este post apenas he mostrado algunas imágenes de las muchísimas que se pueden encontrar en el cine. Apenas hay película épica , dramática o histórica donde no aparezca. Si encontráis alguna, me encantaría que me la señaláseis.
Pero no quiero dejar de enseñar dos ejemplos en la pintura.

El primero es la pintura de Wyeth, “El mundo de Cristina”.La altura de la línea del horizonte es fundamental en ella. Si en Friedrich los horizontes son siempre bajos, lo que libera el espacio del cielo y evoca libertad, la figura baja de la niña nos muestra un mundo que la aprisiona, un espacio cerrado, que le impide ver más lejos del horizonte, provocando claustrofobia a pesar de ser un exterior.

Andrew Wyeth. "EL mundo de Cristina".


René Magritte. "Horizonte con sombrero".

Magritte trasciende la pura evocación para darle un giro a la imagen, alterando nuestros conceptos sobre la entidad y la percepción. La imagen de la izquierda, es nuestro Friedrich clásico, en la derecha se conjugan conceptos como el telón del escenario, que destapa una escena. Es la que ocultaba un hombre que, al desaparecer, no deja sino su estela.

Hace casi doscientos años, un pintor encontraba una imagen clave que ahora forma parte de un lenguaje universal.

1 comentario:

Unknown dijo...

Un encantandor e intenso trabajo, en el que estamos dimensionando la tremenda capacidad de una amiga, que sobre todo lo es intelectual. Pocas veces estoy tan de acuerdo en algo con alguien y pocas aprendo tanto como leyendo tus posts. Por no defraudar diria: sencillamente magnífico y estupendo.